PORQUE NO PRETENDEMOS QUE TODOS PIENSEN IGUAL SINO QUE NOS DEJEN PENSAR

¡8 de marzo, día de la mujer revolucionaria!


El mito contemporáneo, con mayores o menores conocimientos, creemos que responde al homenaje hecho a las mujeres trabajadoras de todos los tiempos, cuyo detonante fue una masacre de mujeres disfrazada de incendio involuntario en la zona industrial de Nueva York en la segunda mitad del siglo XIX. Pero, revisando la historia, hay algunos apuntes sobre lo que realmente es el día internacional de la mujer, el día de la mujer revolucionaria.

Las mujeres trabajadoras, lucharon incansablemente por mejorar la calidad de su vida ante la mirada impávida y cobarde de los hombres. El levantamiento popular femenino, que tiene sus semillas desde las décadas de 1840 y 1850, generó, tras miles de muertes y persecuciones, las garantías que hoy, desde la comodidad de nuestras riquezas, pensamos que siempre tuvimos. La idea de la liberación de la mujer nació en la tierra fértil del movimiento socialista mundial, a finales del siglo XIX y comienzo del siglo XX.

Las raíces de esta batalla pueden encontrarse en los escritos de Marx y Engels. La visión de la familia, de la mujer proletaria y de la burguesa que se desprende en  “El Origen de la Familia, de la Propiedad y del Estado”, de Engels, nos dice  “Las más explotadas son las madres de nuestro pueblo. Ellas están de manos y pies amarrados por la dependencia económica. Son forzadas a venderse en el mercado de la boda, como sus hermanas prostitutas en el mercado público.” es la base de la visión de los socialistas sobre la necesidad de la liberación de la mujer. La frase de Marx, “La opresión del hombre por el hombre se inició con la opresión de la mujer por el hombre”, tardó en dar sus frutos, pero los dio.

La mujer trabajadora, valiente e indócil, se opuso en el más crítico de sus momentos a un mundo con el que no estaba de acuerdo, y, a fuerza de persistencia, de tesón, y de coherencia, revirtió una inercia negativa para entregarnos las garantías y la calidad de vida que hoy gozamos. Se enfrentó a la adversidad, perdió miles de batallas, pero demostró la capacidad que tenemos para luchar por nuestra emancipación. Lo cierto hoy, es que la lucha por la liberación no ha terminado.

 Al principio al día de la mujer, se le llamó el día de la mujer revolucionaria, adjetivo que se fue difuminando con el paso de los años. Revolucionaria porque se quiso homenajear a las mujeres que con su constante lucha abrieron paso a una sociedad más justa y equilibrada. Porque conmemora aquellas mujeres que tuvieron el sueño de cambiar aquello que no les satisfacía.

En plena Guerra Mundial, en 1917, en Rusia, las mujeres socialistas realizaron su Día de la Mujer, el 23 de febrero para el calendario ruso. En el calendario occidental, la fecha correspondía al 8 de Marzo. Era el mismo día en Alemania, en 1914 el día que explotó la huelga espontánea de las tejedoras y modistas de Petrogrado.

Ese día, un gran número de mujeres obreras, en la mayoría tejedoras y modistas, contrariando la decisión del Partido, que consideró que aquel no era el momento para cualquier huelga, salieron a las calles en manifestación por pan y paz. Se declararon en huelga. Esa manifestación fue la espoleta del comienzo de la primera fase de la Revolución Rusa, conocida después como la Revolución de Febrero.

Pero el texto que mejor nos cuenta los hechos de la huelga de las obreras de Petrogrado es un largo tramo de León Trotsky, en el primer volumen de su libro Historia de la Revolución Rusa.

Esa mujer transformadora es un ejemplo a seguir para las sociedades contemporáneas. No pocos hombres entienden que la valentía nació en una mujer, así como la persistencia, y la templanza, y luego, la aprendieron ellos. Esa mujer creadora de realidades tiene que seguir viva en nuestras comunidades. Mujer revolucionaria, mujer subversiva, insurgente, libertaria. Significa una mujer pensante, que con la solidez de su criterio y la fortaleza de su carácter, emprende campañas transformadoras de lo que no funciona, para evolucionar lo que no sirve.

 En el día de la mujer revolucionaria, es preciso recordar la importancia no sólo de la mujer misma, sino de la revolución que necesitamos, que no puede salir avante sin la feminidad en su engranaje. Es tiempo de repensar lo cotidiano, reconsiderar el statu quo y transformar la realidad, desde luego, de la mano de los hombres, el progreso tiene cara de mujer, a la historia, la bañan nuestras lágrimas, y el presente se sustenta sobre nuestros hombros.

Una larga lucha sin miedo a la felicidad, sin miedo del placer. Sin miedo de luchar por una revolución, que deberá ser social, sexual, y profundamente cultural. Sin miedo de levantar el puño y la voz por la liberación de la humanidad. La liberación de hombres y mujeres.
A todas las que continúan esta lucha…

FELIZ DIA DE LA MUJER REVOLUCIONARIA!
                                                

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